¿Qué es la Reflexología Podal Holística?
La Reflexología Podal Holística es una terapia, o técnica terapéutica cuya principal característica es el tratamiento a través de las zonas reflejas en los pies.
También existen zonas reflejas en manos, oreja, etc, pero de la oreja se ocupa otra técnica que es la auriculoterapia.
Como Holística no sólo se trata el cuerpo sino también la mente y el espíritu. Para ello hemos de comprender que el Hombre es un ser compuesto y dotado de diferentes niveles energéticos de los cuales, el más denso es el cuerpo, y el más etéreo el espíritu. Todos ellos cohabitan en él, y deben encontrarse en equilibrio.
Cuando el equilibrio se rompe, el cuerpo nos lo muestra a través de una patología.
Todo ello se refleja en los pies, quienes como un mapa nos muestran las diferentes partes del cuerpo, sus órganos, sus huesos, sus sistemas...
Observándolas detenidamente podremos averiguar qué zonas están bloqueadas, si existe un déficit un exceso y tratarlo.
Como método en Anacerh, debemos observar a través del interrogatorio previo al paciente, si duerme. Porque es durante el sueño que liberamos las toxinas físicas y psíquicas y si lo conseguimos y el cuerpo entra en la fase Delta, el cuerpo se regenera.
Por lo tanto la base principal de la Reflexología Holística es conseguir tratar al paciente en toda su integridad, enseñarle la responsabilidad que tiene con él mismo, lograr que sueñe y por supuesto tratar el síntoma.
El síntoma se aliviará a través de la aplicación de un masaje de presión en los puntos reflejos, que a su vez producirán un efecto en la parte refleja del cuerpo (por ejemplo las lumbares).
Esta presión se ejercerá bien sedando, bien estimulando dpendiendo siempre de lo que el cuerpo nos diga y lo que siempre siempre nos dice es: Necesito recuperar mi equilibrio.
Esta técnica milenaria tiene sus orígenes en Egipto y China, (recordemos que los Chinos basan hoy parte de sus terapias en la digitopuntura). Durante los años se ha ido modificando y adaptando a los nuevos tiempos y a la sociedad moderna de forma que mientras el Hombre se ha ido apartando cada vez más y más de la Naturaleza, de su centro interior, más vulnerable era en todos los niveles, más desequilibrio, más enfermedades psicosomáticas, más enfermedades psíquicas y más estrés.
Por ello, ahora no podemos descuidar eso, y tenemos que tratar al Hombre que tenemos en la actualidad y no causar ningún dolor más al cuerpo.
Si el Hombre tiene estrés, y le hacemos daño, estamos provocando el efecto contrario al deseado. Así entonces, antiguamente la Reflexología era presión y presión, dolorosa; cuanto más dolor más curación. Ahora no, ahora el nivel sutil es el que manda.
Una vez acudió una médico a consulta con una terrible migraña. En su desesperación y no creyendo para nada en la medicina natural, me dijo que necesitaba relajarse, simplemente relajarse. No podía dormir del dolor y eso era lo que evidentemente peor llevaba. Pasó a consulta y a los minutos de tratar los puntos reflejos se quedó dormida. Despertó a la hora, sin dolor. Evidentemente su mente no podía aceptar que el dolor se hubiera calmado a través de algo que no conseguía explicar científicamente de forma que lo que hizo fue dejar en manos del azar el resultado. Casualmente se había dormido, y al dormirse el dolor desapareció. Al cabo de una semana acudió nuevamente con dolor insoportable: hazme aquello que me hiciste que por casualidad me fue bien. Y casualmente, le volvió a ir bien. Ahora sonríe burlonamente cuando la encuentro y a lo que los Egipcios y Chinos llevaban miles de años haciendo antes de que apareciera la Medicina Tradicional Occidental, ella lo llama "cosas raras" .
Sea como sea, esta persona es el claro ejemplo de que no podemos causar más dolor, que el nivel de consciencia y evolución que tenemos hoy no es el mismo de nuestros padres y abuelos, ni mucho menos de quienes construían las Pirámides de Egipto arrastrando megalíticas piedras. No aramos el campo con las manos, no vamos sin calzado, hemos cambiado, y nuestras patologías y nuestra forma de tratarla tienen que evolucionar de la misma forma.
En nuestra época debemos el conocimiento de la Reflexología al médico estadounidense Fitzgerald, quien observó que tratando pies y manos, producían efectos anestésicos en otra parte del cuerpo, y con ello y emulando a los antiguos, dividió el cuerpo en meridianos longitudinales, que se encuentran partidos a mitad del cuerpo. Es decir, cinco y cinco. Esto es lo que llamamos las líneas de Fitzgerald y que fue posteriormente desarrollado por la masajista Ingham que añadió cada órgano en su lugar formando un mapa completo en los pies.
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